Móntate un potente Media Player con una Raspberry Pi Zero y un DAC

Si hay un dispositivo que sea polivalentea más no poder, es la Raspberry Pi y, además, en cualquiera de su modelos. Yo tuve una Raspberry Pi, a secas, sin número. La primera Raspberry Pi que salió al mercado fue en 2012 y era impresionante. Podías correr un Linux en toda regla en un dispositivo que llevabas en el bolsillo y que enchufabas a cualquier monitor o incluso a la televisión. Disponía de puertos USB, a los que conectabas un teclado, discos externos y cualquier dispositivo que se conectara por USB.

Raspberry Pi modelo A

A algunos se nos fue la olla y hasta nos montamos un «super-ordenador» con 4 Raspberry Pi formando un cluster, que metido en una caja fabricada con la mítica Prusa 2, era el no va más de las ferias de frikis.

Pero volviendo a los tiempos actuales y, esperando a probar la nueva Raspberry Pi 400 que, aunque no es más que una Raspberry Pi 4 metida en una caja-teclado, promete ser muy interesante para ser usada en entornos educativos y en entornos donde se necesite ahorrar espacio.

Siendo un concepto opuesto al de mi cluster con las 8 Raspberry Pi, la idea de montar un servidor de audio resulta muy interesante. Se trata de disponer de un sistema capaz de reproducir música, bien sea que ésta esté almacenada en un disco duro o que sea vía streaming a través de Internet.

Para este proyecto no he escogido ni la Raspberry más potente ni la más más moderna, sino la más pequeña: La Raspberry Pi Zero. Y además, la Raspberry Pi Zero que no tiene ni wifi ni bluetooth, no porque fuera la que tenía sin usar en un cajón, que no es el caso, sino porque quería que la conexión a Internet fuera mucho más estable que una conexión wifi, y por lo tanto quería conectarla a través de una adaptador USB-Ethernet con un cable directo al router.

El segundo paso a solucionar es mejorar el sonido, ya que la salida de audio original a través del puerto HDMI vale para alimentar el sonido de un monitor, pero no podemos decir que sea HIFI ni mucho menos. Para solucionar este problema, he decidido usar un DAC, en concreto el PHAT DAC de Pimoroni. Es pequeño, del tamaño de la Raspberry Pi Zero, y es barato, unos 15 euros con los conectores RCA que vienen aparte, aunque puedes no ponerlos si prefieres usar el conector mini-jack de 3.5mm que sí viene incorporado de fábrica. Pero lo más interesante es que suena muy bien a pesar de su precio y su tamaño.

Todo el conjunto formado por la Raspberry Pi Zero y el DAC, podemos conectarlo a un dispositivo de audio como puede ser un amplificador a través de la conexión AUX, unos altavoces autoamplificados o un amplificador de auriculares como esos FiiO Q5 S con los que sueña cualquier audiófilo. Aunque hay que reconocer, que por muy audiófilo que se quiera ser, lo más coherente para este proyecto es usarlo con unos altavoces autoamplificados, simplemente decentes, como puedan ser unos Edifier, que empiezan en unos 70 euros y suenan bastante bien.

Bien. Ya tenemos todo el hardware. Ahora nos queda montar el software. Para ello he escogido Volumio. Es, posiblemente, el mejor Media Player que existe y además es software libre. Está basado en Raspbian y se descarga como una imagen, por lo que solo hay que volcarlo sobre una tarjeta MicroSD de, al menos, 16 GB y a funcionar. Para el volcado, lo mejor es usar el software balenaEtcher que solo necesita usar 3 pasos: Escoges el archivo a volcar en la tarjeta, escoges la tarjeta y pulsas sobre «Comenzar volcado«. Simple y efectivo.

Lo siguiente que te queda por hacer es poner en marcha Volumio y configurarlo. Esta es una operación muy sencilla, en la que solo tendrás que indicar qué tipo de DAC tienes, algunos parámetros de tu red, como el nombre de la wifi y su contraseña, en caso de que no uses cable, y poco más.

Para acceder a Volumio puedes hacerlo de dos formas. Bien accediendo desde un navegador y usando la fórmula «bonjour«: http://volumio.local o desde el navegador del móvil usando la dirección IP: http://192.168.1.100 (la IP deberás sustituirla por la que tenga asignada la Raspberry PI.

Si no sabés qué dirección IP tiene la Raspberry Pi, puedes averiguarlo en el router, accediendo a él a través de su dirección http://192.168.0.1 o http://192.168.1.1 y buscando en la opción «Status» o similar (si ninguna de estas es la dirección de tu router y no sabes cómo averiguarla, mal vamos. Igual deberías estudiar un poco). Una vez que sepas la dirección IP de la Raspberry Pi, créate accesos directos para que te sea más cómodo llegar a Volumio.

En los ajustes de las fuentes de sonido (Sources) podrás indicar qué servicios deseas mantener activos, como que lea contenidos de un servidor DLNA que tengas activo o recibir fuentes de audio vía Bluetooth entre otros. Esto es lo que hace más versátil a Volumio y que pueda comunicarse con cualquier fuente de audio que tengas. Además como podrás escuchar la radio vía Internet, las posibilidades de escuchar aquella música que te gusta son infinitas.

Pruébalo y verás cómo no te arrepientes. Llegarás a tener sobre tu mesa de trabajo o en tu salón un dispositivo de audio con unas capacidades impresionantes y si luego quieres dar un paso más en la calidad del sonido, pásate por la tienda de Volumio y echa un vistazo a los productos de calidad HIFI y HiRes que tienen, que son impresionantes.

Author: fbno

Sarcástico, irónico y cáustico. Agnóstico, irreverente, apolítico, apátrida y ciertamente asocial. Defensor del abstencionismo reflexivo y amante de la penúltima cerveza y del Rock.