Promover el comercio local. Sí, pero analicémoslo.

Hay que promover el comercio local frente a las multinacionales de la venta online. Esta es la consigna de moda y ya hasta los políticos se están mojando en la campaña. Hace unos días, la alcaldesa de París dijo públicamente que no se compre en Amazon, que se compre en las tiendas del barrio. Y sí, tiene sentido, pero analicemos la situación.

Yo, como consumidor, defiendo la libertad de horarios. Si un comerciante detecta que su clientela objetiva puede acceder a su comercio a las 4 de la madrugada y puede ofrecer lo que esa clientela busca, ¿por qué obligarle a abrir de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas? Me parece un tanto absurdo.

Otra cosa son los derechos laborales de sus empleados, que doy por hecho que sí deben ser respetados por parte del empresario y defendidos por la administración, pero ese no es el tema ahora. A lo que me refiero es únicamente al horario de apertura.

Bien. El comerciante de la papelería de la esquina, por poner un ejemplo, dispone de su mercancía en el horario comercial establecido y yo, que soy un trabajador igual que él, podré ir a comprar a la papelería dentro de ese horario o no. Y si es que no, ¡vaya! Ya tenemos un problema. O me voy a una gran superficie que abre hasta más tarde, o no me queda más remedio que la compra online. Pero es que resulta que la libreta que quiero comprar, es un modelo muy exclusivo y en la papelería de la esquina no la tienen y cuando pregunto que si me la pueden conseguir, me miran con cara rancia y me dicen «es que nosotros no trabajamos con ese fabricante». Pues vale, dos minutos buscando en Amazon, un click para comprar y al día siguiente la libreta está mi casa.

Pero es que además, quien me vende la libreta es una papelería de otra localidad, que en vez de sentarse a esperar que alguien entre en su tienda y venderle lo que busca o decirle que no trabaja con ese fabricante, si no dispone del artículo y no quiere molestarse en buscárselo; lo que ha hecho es reinventarse en su modelo de negocio e integrarse en una plataforma online desde la que puede vender a todo el mundo.

De acuerdo en que la presión de una plataforma como Amazon hacia los vendedores es muy fuerte y que los márgenes de beneficios con los que tiene que trabajar son muy bajos, pero esta papelería acaba de realizar una venta y la de mi calle no. Esa es la diferencia. Además, la papelería a la que he realizado mi compra a través de Amazon, se enfrenta a un sistema público de valoraciones por parte de los clientes que o bien se curra la atención exquisita en cada una de sus ventas o se juega mucho. Pero es que el comerciante de la papelería de mi calle, a la segunda vez que me mire con cara rancia y me diga que no trabaja con ese fabricante cuando le vaya a comprar cualquier cosa, no volveré a entrar en su tienda, porque yo soy un consumidor que busca calidad en los productos que compra, buen servicio y buena atención por parte del vendedor y si no encuentro esto, compraré allá donde lo encuentre.

Mi conclusión es que sí hay que intentar comprar en el comercio local, pero los comerciantes locales tienen que adaptarse a los tiempo que corren. No basta con esperar a que entren los clientes, hay que ganarse a los clientes y darles lo que buscan y además (y esto va para las administraciones que se empeñan en poner puertas al campo), hay que dárselo en el momento que lo quieren o necesitan, porque si no, el cliente, que no es una entidad benéfica, se irá a comprar allá donde consiga lo que quiere y más si es mejor, más barato y más cómodo de comprar.

Author: fbno

Sarcástico, irónico y cáustico. Agnóstico, irreverente, apolítico, apátrida y ciertamente asocial. Defensor del abstencionismo reflexivo y amante de la penúltima cerveza y del Rock.